El cultivo de la chufa se remonta a épocas bastantes lejanas de la historia del hombre, habiéndose constatado la presencia de sus tubérculos en sarcófagos y tumbas egipcias de las primeras dinastías (Serrallach, 1927). Fue un alimento apreciado por los antiguos egipcios, como lo prueba la narración de Teofrasto: «… en tierras arenosas, no lejos del cauce del río, crece sobre la tierra la llamada Malniathalle, redonda de forma, sin hueso y sin piel. Los habitantes recogen los tubérculos y los cuecen, con lo que se vuelven muy dulces, saboreándose entonces como un postre».
Referencias de la chufa, se encuentran en libros muy antiguos de autores persas y árabes, que la tratan respectivamente con los nombres de Hab-el-Zem y Hab-elaziz-un-Zalam. Algunos autores chinos la denominan Hiang-fu-tze- y Sha-ts-an, recomendando la bebida de su zumo como estimulante del apetito, tranquilizante y para conseguir el bienestar general (Dragendorff, 1898).
Desde Egipto el cultivo de la chufa se expansionó por el Norte de África, llegando a la península Ibérica y Sicilia conjuntamente con las oleadas islámicas de la Edad Media. Las razones que probablemente justifican la implantación de su cultivo fueron, por una parte, la prohibición del consumo del vino por la religión mahometana, lo que sin duda iría correlacionado con la proliferación de bebidas no alcohólicas y de refrescos. Y por otra parte el reconocimiento de sus propiedades medicinales. En efecto, el médico de Carlos I, Andrés Laguna, en el siglo XVI, adscribía a los tubérculos de chufa propiedades adecuadas para combatir las inflamaciones de las vías respiratorias y algunas molestias estomacales. La tradición popular valenciana considera a la horchata de chufas como un remedio eficaz frente a trastornos diarréicos.
La cultura islámica hizo expandir el cultivo de la chufa en las áreas mediterráneas de la actual Comunidad Valenciana, existiendo constancia por escrito que en el siglo XIII ya se consumía ampliamente una bebida refrescante llamada llet de xufes, sin duda alguna antecedente de la actual horchata (orxata).
Cavanilles (1795) tras describir ampliamente el cultivo de la chufa, indica que a este cultivo se dedicaban 180 hanegadas (15 has) en Alboraia y Almássera.
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La chufa se cultiva en dieciseis pueblos de la comarca valenciana de L´Horta Nord, ya que sus tierras poseen las características y las condiciones climáticas idóneas para su cultivo y así la convierten en la única zona de España donde se cultiva tan singular tubérculo. En esta comarca se producen actualmente unos 5.3 millones de kilos de chufa seca, de los cuales un 90% están amparados por la Denominación de origen.
La chufa de Valencia (Cyperus esculentus) es una planta herbácea de entre 40 y 50 centímetros de altura. Posee un sistema radicular del que parten raicillas en cuyos extremos se forman las chufas. Éstas pueden adquirir dos formas: «llargueta» (alargada) y «armela» (redondeada).
Antes de comenzar con la plantación, se realizan una serie de labores preparatorias del terreno, con el fin de que éste quede esponjoso, muy suelto y bien nivelado. Así pues, la maquinaria a utilizar debe ser de poco peso para evitar problemas de compactación del suelo. Se emplean tractores que oscilan entre 25-70 CV.
La chufa se planta entre los meses de abril y mayo, fecha que viene condicionada por el cultivo anterior. Se realiza de manera mecánica, sembrándose en caballones, los cuales tienen una altura de 20 cm y una separación de 60 cm. La profundidad de siembra oscila entre los 6-8 cm cuando el campo está en sazón.
La densidad de siembra es un aspecto del cultivo importante, pues el rendimiento y la calidad del tubérculo dependen en buena parte de ello. Aún así, existe una densidad óptima, que no debe sobrepasarse, ya que entonces el tubérculo queda pequeño y las plantas se ahilan encamándose prematuramente. Esta densidad óptima es aproximadamente 120 a 135 Kg por Ha (10 a 11,25 kg por hanegada).
Por lo que respecta a las condiciones óptimas para el cultivo de la chufa, presenta las siguientes exigencias:
Exigencias climáticas: En climas cálidos, como es el valenciano, con temperaturas medias elevadas, alta humedad relativa ambiental y un periodo de 4-5 meses libres de heladas, la planta puede completar su ciclo vegetativo sin el menor problema.
Exigencias edáficas: Si se pretende obtener una producción de calidad, el cultivo de la chufa sólo puede realizarse en suelos que posean unas características especiales. Los suelos adecuados para el cultivo de la chufa han de ser sueltos, tanto por la calidad como por el rendimiento y recolección del tubérculo, pues la recolección ha de realizarse tamizando un espesor de suelo de 15-20 cm. de profundidad donde se encuentra el tubérculo. Además, los suelos en los que se cultive la chufa, deben tener un buen drenaje, estar nivelados, estar limpios de restos vegetales y piedras y ser ricos en materias orgánicas.
Para poder llevar a cabo la recolección, la planta debe estar completamente agostada y seca, por lo que la recolección se llevará a cabo en los meses de noviembre a enero.
Posteriormente se produce el quemado totalmente controlado de la parte aérea de la planta y tras ella, se efectúa una limpieza de las cenizas y restos.
En la fase de recolección, se utiliza como instrumento la cosechadora que consta de una barra de corte de la anchura de dos o tres caballones. Va cortando la tierra que es desmunuzada por una fresadora de varillas y la deposita en un bombo cribador que separa la tierra de la chufa, estas salen por su parte trasera, acompañadas de restos de la planta, piedrecitas, etc. Estas son transportadas mediante una cinta a la tolva del tractor.
Una vez finalizado el proceso de recolección, se realiza el lavado de la cosecha. En esta operación, las chufas pierden sus raices, se limpia su piel y se eliminan aquellos tubérculos «fallados». Las chufas procedentes del campo son depositadas en una era del lavadero. La cosecha pasará por tes bombos donde se separa la tierra del resto de material y se elimina el pelo de la chufa. Una ducha las va mojando, pasando después por unas canaletas donde hay diferentes salidas de agua y aquí se separa grava y chufas.
Una vez limpias las chufas deben perder humedad mediante el secado. Durante este proceso, la humedad desciende del 50% hasta el 11%. Este proceso, cuya duración suele ser de 3 meses, se realiza en «cambras» de secado, de manera lenta y cuidadosa, con el fin de conseguir que la chufa adquiera las características que le son propias. Durante esta operación se remueven continuamente los tubérculos, para que el secado sea uniforme. Se realizan dos removidos diarios, disminuyendo la frecuencia de estos según vayan perdiendo la humedad.
Una vez secas, se procede a su limpieza y clasificación, con el fin de separar la chufa de impurezas, chufas falladas o de pequeño tamaño. Estos restos constituyen el destrío. Posteriormente se realiza una ultima selección manual complementaria. Llegado este momento, las chufas se ponen en sacos, quedando listas para la elaboración de la horchata.
De marzo a mayo, se recomienda una visita para ver la plantación en la zona de huerta cercana a la Universidad Politécnica y la de los términos de Alboraya y Tavernes Blanques. En esta época, ya ha finalizado la recolección de la chufa de la campaña anterior, y se encuentra en proceso de secado en las «cambras». De esta forma, se puede aprovechar para ver el tubérculo tanto en el momento de la plantación como en las «cambras».
Unas semanas después de la plantación, el tubérculo germina, siendo posible observar la parte aérea de la planta en pleno desarrollo desde mediados de junio. Se puede aprovechar para localizar parcelas que se estén regando, y así conocer el sistema típico de riego en la huerta de Valencia, el riego a manta. El visitante no debe perder la oportunidad de observar la legendaria red de acequias de origen romano, mejorada y ampliada por los árabes, que llevan el agua a las parcelas. Sería interesante acercarse al cauce del Barranco del Carraixet, que desemboca en el mediterráneo, y disfrutar de su particular ecosistema.
Una de las operaciones más impactantes y singulares de este cultivo es la quema de la parte aérea de la planta, previa a la recolección. La época para poder disfrutar de este espectáculo empieza en noviembre. Puesto que la recolección es escalonada, se puede aprovechar esta visita para observar tanto parcelas quemándose, como otras en las que se esté recolectando el tubérculo. También puede ser un buen momento para conocer el proceso de lavado de la chufa, que se realiza en lavaderos industriales, dos de ellos en Alboraya (Camí Fondo y Camí de les Vinyes) y otro en Valencia (Camí de Carpesa y Carretera de Barcelona).
Uno de los principales atractivos de esta ruta reside en la posibilidad de descubrir tanto los mosaicos que componen las huertas y sus cultivos tradicionales, como las diferentes construcciones únicas de esta zona. Este es el caso de las alquerías, ermitas, así como las típicas barracas valencianas y casas de labradores, que se encuentran dispersos y se pueden observar a lo largo de la ruta.
De marzo a mayo, se recomienda una visita para ver la plantación en la zona de huerta cercana a la Universidad Politécnica y la de los términos de Alboraya y Tavernes Blanques. En esta época, ya ha finalizado la recolección de la chufa de la campaña anterior, y se encuentra en proceso de secado en las «cambras». De esta forma, se puede aprovechar para ver el tubérculo tanto en el momento de la plantación como en las «cambras».
Unas semanas después de la plantación, el tubérculo germina, siendo posible observar la parte aérea de la planta en pleno desarrollo desde mediados de junio. Se puede aprovechar para localizar parcelas que se estén regando, y así conocer el sistema típico de riego en la huerta de Valencia, el riego a manta. El visitante no debe perder la oportunidad de observar la legendaria red de acequias de origen romano, mejorada y ampliada por los árabes, que llevan el agua a las parcelas. Sería interesante acercarse al cauce del Barranco del Carraixet, que desemboca en el mediterráneo, y disfrutar de su particular ecosistema.
Una de las operaciones más impactantes y singulares de este cultivo es la quema de la parte aérea de la planta, previa a la recolección. La época para poder disfrutar de este espectáculo empieza en noviembre. Puesto que la recolección es escalonada, se puede aprovechar esta visita para observar tanto parcelas quemándose, como otras en las que se esté recolectando el tubérculo. También puede ser un buen momento para conocer el proceso de lavado de la chufa, que se realiza en lavaderos industriales, dos de ellos en Alboraya (Camí Fondo y Camí de les Vinyes) y otro en Valencia (Camí de Carpesa y Carretera de Barcelona).
Uno de los principales atractivos de esta ruta reside en la posibilidad de descubrir tanto los mosaicos que componen las huertas y sus cultivos tradicionales, como las diferentes construcciones únicas de esta zona. Este es el caso de las alquerías, ermitas, así como las típicas barracas valencianas y casas de labradores, que se encuentran dispersos y se pueden observar a lo largo de la ruta.
La Chufa de Valencia se ha convertido hoy en día en un referente de salud y energía en todo el mundo con múltiples propiedades beneficiosas para el organismo avaladas por diversos estudios médicos.
En este sentido, los investigadores de la Universidad de Valencia han concluido que la chufa posee propiedades digestivas muy saludables por su alto contenido en almidón y aminoácidos. Además es rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio y el hierro, además de grasas insaturadas y proteínas.
Por ello su consumo está recomendado para todo tipo de personas de cualquier edad.
De hecho, hay situaciones fisiológicas en las cuales se hace interesante su consumo y hay enfermedades en las que se convierte en una aliada nutricional.
ESTUDIOS / ESTUDIOS / ESTUDIOS /
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«El proyecto OrxECO busca profundizar en la caracterización nutricional y organoléptica de la chufa y la horchata de distintas variedades y procedencias bajo la D.O.P. (i.e. zonas micro-agroclimáticas, cultivo ecológico vs. convencional, chufa del año vs. chufa vieja), así como favorecer el cultivo ecológico, combinado con mínimos insumos hídricos, el consumo de proximidad de este cultivo y sus derivados, y ofrecer oportunidades de aprovechamiento de sus subproductos. Esta iniciativa presenta un extraordinario potencial para incrementar el valor añadido y el prestigio de la horchata valenciana y por extensión a la Denominación de Origen Chufa de Valencia. Ello contribuiría a una agricultura más sostenible en L´Horta Nord, incrementar la demanda de este producto único y apoyar socioeconómicamente al tejido de productores y transformadores locales tradicionales de la chufa.»
Equipo de investigación UPV (por orden alfabético):
Cultivo in vitro:
Establecimiento del cultivo in vitro de la Chufa de Valencia (Cyperus esculentus L. var. sativus Boeck.). Desarrollo de un protocolo de micropropagación. Trabajo fin de Master de Javier Ramos Herrero.
Colaboradores científicos del Consejo Regulador de la D.O. Chufa de Valencia
Las empresas disponen de un certificado cuyo alcance y validez están a disposición según solicitud.
Puedes remitir las solicitudes y tablas debidamente cumplimentadas al siguiente correo electrónico:
HORARIO: Lunes a Viernes de 9:00h – 13:00h
DIRECCIÓN: Plaça de la Constitució, 17 46120 Alboraia (València)
TELÉFONO: 963 690 499
MAIL: info@chufadevalencia.org
La Chufa de Valencia se ha convertido hoy en día en un referente de salud y energía en todo el mundo con múltiples propiedades beneficiosas para el organismo avaladas por diversos estudios médicos.
En este sentido, los investigadores de la Universidad de Valencia han concluido que la chufa posee propiedades digestivas muy saludables por su alto contenido en almidón y aminoácidos. Además es rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio y el hierro, además de grasas insaturadas y proteínas.
Por ello su consumo está recomendado para todo tipo de personas de cualquier edad.
De hecho, hay situaciones fisiológicas en las cuales se hace interesante su consumo y hay enfermedades en las que se convierte en una aliada nutricional.
En cuanto a las situaciones patológicas, vamos a detallar las principales situaciones en las cuales se hace interesante la inclusión de la horchata de chufa:
Así, alimentarse y cuidarse al mismo tiempo, es una de las muchas ventajas que ofrece la chufa y sus derivados, como la horchata de chufa de Valencia, y por ello es ya es considerada un superalimento.